viernes, 29 de junio de 2007

Denuncias de ultraecologistas que fueron falsas

La opinión pública actualmente no contaría con la información completa sobre las denuncias más importantes que hace meses vienen realizaron los ultraecologistas en algunos casos nacionales que, en su momento, ganaron magnitud a través de distintos medios de prensa y de los que poco se supo luego de la intervención tanto de la justicia como de los organismos de control que intervinieron.
Interesado en clarificar los asuntos relacionados a las denuncias aludidas, Ciudadano actualizó dos importantes casos con el fin de compartir el desenlace de lo que fueron, tiempo atrás, “caros sucesos ambientales”.

Caso Villa Vil, Catamarca
Como ejemplo se cita la denuncia que aún se sigue citando –a través de Internet- sobre el caso del derrame de Villa Vil por la que se apuntó a la responsabilidad de la Minera Alumbrera de Catamarca, ocurrido el 19 de setiembre de 2004.
El accidente significó la inmediata intervención de la Secretaría de Minería de Catamarca, la Comisión de Agua Potable de Villa Vil, la Secretaría de Minería de la Nación (SEGEMAR), involucrando además a actores como la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNA) y el Centro Vecinal de Villa Vil.
Si bien el asunto cobró gran resonancia, muy poco se difundió sobre el final de los estudios realizados tanto por la Secretaría de Minería de Catamarca y el laboratorio de la CNA de Mendoza, que arribaron a la misma conclusión: “La pérdida no produjo contaminación del agua potable ni de riego en la localidad de Villa Vil”, es decir, que las aguas no mostraron exceso alguno de los parámetros permitidos. Tal como lo pudieron constatar los miembros de la Comisión de Agua Potable de Villa Vil y el Centro Vecinal, algunos de los cuales viajaron para custodiar el recorrido de las muestras.

Caso Meridian Gold, Esquel
Afortunadamente el periodista Ricardo Bustos, de esa localidad patagónica, fue uno de los comunicadores que reveló ante la opinión pública “cómo terminó” el asunto realzado por la polvareda levantada tras la alarma denunciada por los ambientalistas cuando detectaron a un camión que “presumiblemente transportaba residuos altamente contaminantes, tóxicos o venenosos”.
Dijo el artículo de Bustos –publicado el 29 de mayo pasado- sobre lo ocurrido el 2 de abril de 2006: “En los primeros minutos del lunes, para los ambientalistas, el camión era sospechoso de transportar tóxicos altamente contaminantes, proveniente del proyecto minero Esquel, perteneciente a la empresa Meridian Gold. Para el medio día del lunes, los mismos ambientalistas fueron corrigiendo la puntería y denunciaban ante los medios masivos de Esquel que el camión provenía de la provincia de Río Negro –aunque seguían insistiendo en que transportaba residuos tóxicos proveniente de la minería.
Con la rápida colaboración del fiscal, se organizó un destacadísimo operativo a los efectos de secuestrar el camión con la misteriosa sustancia a cuestas.
Hoy, a más de un año después, el juez federal Leonidas Moldes, acaba de determinar que la denuncia efectuada por una de las más duras ambientalistas antiminería de Esquel, no constituye delito alguno ya que lo transportado por aquel misterioso camión era tierra con gasoil y trapos sucios”.
Tierra con gasoil y trapos sucios que viajaban en ese camión para ser dispuestos en un lugar adecuado conforme a lo que establecen las leyes nacionales en materia de preservación del ambiente.

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