lunes, 13 de abril de 2009

Argentina pide a la OIV "que siga de cerca" la vitivinicultura china

La vitivinicultura de China es motivo de preocupación de la Argentina vinaria. Tanto es así que en la última reunión organizada en París, Francia, por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) esto le fue expresado a su titular, Federico Castellucci, actual director general del organismo mundial del vino.“Si bien se hablaron de las tendencias mundiales del vino yo tuve que plantear la seria preocupación que existe en Argentina respecto a la falta de información sobre la actual vitivinicultura en China, ya que según la FAO ese país posee unas 500 mil hectáreas implantadas con vides, pero no son cifras muy confiables”, dijo Guillermo García, titular del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), respecto a su reciente participación en la última asamblea realizada en el país galo.El problema no es menor considerando que el consumo del vino mundial es acotado y un posible exceso de oferta podría poner en peligro el negocio de algunos países productores con tradición vitivinícola, en este caso, de Argentina, cuya superficie implantada es, según datos oficiales actualizados al cierre de la cosecha 2008, de 225.846 hectáreas. Menos del doble de lo que se cree posee China, un país que por otra parte entiende que “vino” puede ser cualquier producto obtenido a través de la fermentación de cualquier fruto de la tierra y no exclusivamente de la uva sana y madura.

En realidad en China, el término Jiu, con el que se llama al vino, es el mismo por el cual se identifican todas las bebidas alcohólicas aunque a menudo es traducido como “vino”. Tal es así que en ese país oriental se habla de vino de arroz, un error para los integrantes de la OIV debido a que vino es exclusivamente el producto obtenido mediante la fermentación del jugo de la uva sana y madura. Los demás son licores.

“En la reunión del Comité Ejecutivo yo expresé mi preocupación sobre el tema China. A mí me preocupa que sigamos que en ese país hay unas 500 mil hectáreas y que la mayoría son para la producción de uva en fresco pero no tenemos precisión en los datos. Lamentablemente los datos son de la FAO y por eso reclamé que se tenga en cuenta el tema China, algo que me preocupa muchísimo”, destacó García.Pero la preocupación del titular de la OIV cobra relevancia si se considera que en los últimos 20 años China ha pasado de tener 20 mil hectáreas con vides a las mencionadas 500 mil. En ese sentido García remarcó que “es un tema que la OIV debe seguir de cerca, justamente porque nuestro país cumple y uno quisiera que los demás hagan lo mismo”, apuntó.

Mientras tanto, China avanza con distintas estrategias que indican que el vino de ese país pretende ganar mercados en el exterior. Producto de ello son los comerciales que ya se pueden apreciar en distinas partes del planeta y que prometen a través de sus vinos una experiencia milenaria y exótica a la que le agregan valor a través de algunas bodegas boutique que ya producen vinos.

Además, algunos comerciales chinos -como el siguiente- promocionan a su vino con modernas puestas en escena, en éste caso, junto a bandas musicales jamaiquinas que lo exhiben como un producto para jóvenes y plenos de glamour.

Reclamo de García a las entidadesAsimismo García anunció que la semana próxima realizará una reunión con las entidades vitivinícolas argentinas con el fin de ofrecer un detalle de lo que se trató en la última reunión de la OIV, aunque reclamó que “las entidades no hacen un seguimiento pormenorizado de asuntos como los referidos a la utilización de los pictogramas en las contra etiquetas”, señaló.La cita de García sobre los pictogramas hizo blanco en requerimientos como los que en Francia son obligatorios y que indican, por ejemplo, que el consumo de vino en ese país es perjudicial para las mujeres embarazadas.“Además es importante que la industria nacional del vino observe los símbolos que se están utilizando en el Primer Mundo. Lo mismo que las palabras utilizadas en las contra etiquetas que brindan información adicional al consumidor nosotros tenemos que discutirlas. Porque si bien ocupan un lugar en la contra etiqueta, en el futuro si el vino argentino no las incluye se arriesga a sufrir una barrera para arancelaria”, enfatizó.“No estamos atentos respecto de qué nos están pidiendo y si no participamos en esa discusión podemos tener problemas”, remarcó.Sin embargo García reconoció que por el crecimiento que ha tenido la Argentina en materia de exportaciones de vinos “los bodegueros han ganado mucha experiencia y han avanzado en el diseño de las etiquetas”.Pero los reclamos acerca de la falta de discusión apuntaron a seguir desde la proximidad tanto lo que se discute en el Grupo Mundial del Comercio del Vino como en los requisitos que cada vez más endurece la Unión Europea para el ingreso de vinos de terceros países como desde la Argentina.En tanto, García destacó que desde el punto de vista estético “se nota que en las etiquetas argentinas hay mucho más desarrollo que en las que se observan en algunos vinos producidos en países de Primer Mundo”. La aseveración la sostuvo al considerar “la gran cantidad de bodegas y marcas que existen en Argentina”. “Pero si bien en muchos aspectos la industria del vino argentino son de avanzada comparando los productos con los de otros países y teniendo en cuenta las tendencias, a mi puntualmente me preocupa que se pueda confundir al consumidor y que puedan aparecer barreras para arancelarias por la falta de algo como puede ser la información en las contra etiquetas”, reflexionó.En ese sentido amplió García que muchas bodegas necesitan avanzar en la trazabilidad del producto y si se mencionan buenas prácticas agrícolas en una etiqueta “hay que cumplirlas, porque muchos las destacan pero no las cumplen”, añadió.“Si bien Argentina con sus vinos está muchas veces a la altura de lo que se hace por ejemplo en Europa, ellos son más ordenados y prolijos que nosotros”, contó. Y agregó: “Porque cuando se promete algo en el exterior hay que cumplirlo y punto. No es un tema a discutir. Para eso están los técnicos. Ellos dicen blanco o negro y es blanco o negro y nosotros en cambio siempre tenemos grises”, criticó.

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